lunes, 10 de noviembre de 2014

Multiple choice


Yo puedo volver,
aunque nunca supe cómo,
para ver qué hubiera pasado
si elegía distinto.

«La batalla está ganada»,
pienso cada vez.
Pero mi generación
nada sabe de guerra.

Juro que no me pierdo
no repito
voy hacia otro lado
y es igual.

Sin maquillaje
todas las caras
ladran
muerden
y cagan
fuera del lugar.

Y la noche nunca
cierra ningún espejo,
son mentiras de hombres ciegos.
Hasta probé meter
la cabeza bajo el agua,
dejarme las branquias,
pero vuelve siempre
el dedo que señala: «VACÍO».

No es un hueco,
sino paredes enfrentadas
que se besan con morbo
la mucosa
que se cierra
el condón usado
que te mira a la mañana
hace semanas
y que no podés tirar
porque habla más
que
todos tus poemas
de mierda.

No pidan
que apruebe
las llanuras desmontadas
donde ya no crece ni la soja.
No censuren el llanto
por quienes se acuestan
bellos como fieras
y despiertan con gangrena.
Déjenme aunque sea el ahogo.

Hay que elegir
una mentira nueva;
la burocracia de la muerte
te da
un número de espera.
Que llegue el turno y cara a cara,
podamos jugar
(como Brancaleone, que
el ajedrez no me interesa).

Ojalá la guerra.

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