viernes, 3 de diciembre de 2010

Mamama

Pagué 30 pesos
al sepulturero dientudo
deficiente como en el cine

Pero yo cerré la tapa de granito

Perdoná, no fue mi culpa

Ya los primeros huesos se te pudren
en el panteón que vos alzaste

Prometeme que no vas a llorar
de nuevo
como ese día con el cáncer vivo
endureciéndote

No querías morir sola

No te dejamos

Pero todos mueren solos

Ahora no quiero irme
habla un cura de alguna secta
"la vida es como la neblina"
él no sabe que vos me contaste
que los hijos salen por la concha
no sabe de los libros
en tu casa por las siestas

Llueve
de película
vieja coqueta

Como querías
la canción en inglés
despierta
a tus vecinos nuevos:
'raindrops / falling on my head'

Locos
todos como vos
peores mejores
locos
disfrutamos la canción
y vas quedando
ahí atrás
ahí adentro
angosto el nicho

chau muñeca

jueves, 2 de diciembre de 2010

2010

I

Yo dormía
esa noche
era enero
la ventana filtraba algo
de luz de la calle
y de brisa

Mi mujer negra
su voracidad tierna
dormida

Comencé a soñar
el perfume sexy de mamá
alguien se lo trajo
desde algún aeropuerto
Paloma Picasso

Sonreí
antes de despertar
entonces
el único aroma
fue peor que la mierda
me quemaba la garganta

Sabía quién era
como un hijo que vuelve
cuando se le acabó la guita
ahí estaba
igual que la última vez
la muerte

Mi mujer
ya no era más mía

Dormí unos días
en casa de José
hasta que pude alquilar.

II

Febrero
escuché a José toser a gritos
por teléfono
su hijo dijo un ACV
pero era cáncer.

En mayo todavía
tuvimos sol
ese domingo
para enterrarlo

Como quien compra
el peor regalo
tuve que conseguir
el cajón más barato
aunque su hermano
luego eligió otro

Lloraba gente
que no conocía
y un cura joven
encomendó a José
el ateo
a un santo

Yo que había perdido
mis anteojos de sol
lloré detrás de un eucaliptus.

Y adelante
mi ex mujer parada
alguien había cortado mis manos
no podía tocarla.


III

Llueve siempre en noviembre
y se mueren las abuelas
Un ómnibus bizarro
atraviesa el agua
Me esperan
para soldar ese cajón
voy a pedirles que se vayan
voy a tocar el pelo muerto
de la abuela
voy a llorar
solo
voy a ponerme mis anteojos negros

Y no voy a decir nada.

IV

Que venga
diciembre
31

alguien

salváme
lo que queda
del alma.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Poema para Lucio

3 de la tarde
se me ocurrió
venir a correr
bajo el sol
en noviembre

Beirut y la brisa, de nuevo
pero llega por sms
como bilis de resaca
llega la muerte

Que mueran los abuelos
los padres los tíos
pero si mueren los amigos
no voy a poder contar a nadie
que la pendeja del banquito del frente
aferrada al novio
me deja sin ropa
con los ojos.

sábado, 31 de julio de 2010

L'inverno a casa


Con Borghetti
la ventana abierta que trae el solcito
tengo que escribir obviedades sobre reich freud
escucho Beirut y el alma vuela como un conejo
no quiero no quiero
que se haga de noche.

sábado, 24 de julio de 2010

33 segundos


Cada 33 segundos
este mundo escucha
"necesito algo nuevo"
y alguien se siente
como un Ford Falcon
modelo ochenta.

martes, 20 de julio de 2010

Track track


suena la ducha
el agua se lleva
los años
como polvo

del otro lado de la puerta
vos todavía no conocés
cómo será tu cara en el espejo

no habías hecho nunca
ese gesto
viejo como el hombre
ahora no sabés
qué nombre ponerle

no te queda violencia
ira
nada
y a ella
no le queda amor

vas pensando
cuántos bolsos tenías
y si vas a extrañar
la heladera

ojalá
el último olor
hubiera sido ella
y no
verga ajena

recién comienza
La Marcha Sobre Roma
del alma

esta casa ya no guarda nada para vos.

viernes, 16 de julio de 2010

Mal momento

Chupando concha
hasta el calambre de lengua
abro los ojos
y zas
la sonrisa pútrida
me recuerda que
no
no me estaba haciendo la paja

Orsai lainman
No

Vos no tenés
la dulce saliva de mi ex
ni las tetas

Ni siquiera las tetas
de la histérica de la semana pasada
mas grandes que todas
pero muertas por la goma
y pezones casi machos

Ay
ya no va a volver
ella que no tenía rulos
sino ondulaciones justas
carne en serio en los labios
y en todos lados
Ay no

Voy a cerrar los ojos de nuevo
hasta que se prenda la luz
y mamá me dé las buenas noches
papá ría y me ponga un disco
la abuela corte las hojas más tiernas de la parra y nos regale niños

Soñé con la vieja casa verde
se caía
se caía

Y esa semana que pasó no sólo hubo siliconas
visité la casa
ya no está la parra
también ha muerto el limonero
igual que la abuela Ivonne
(su risa era más pura que un orgasmo de Reich)
y los domingos.

Mi ciudad cada día que pasa
se pone más fea
y ajena.
Hace tanto me expulsaste
y aún vuelvo
buscando lo que no hay.
Suerte tenemos todos
que no me guste la chacarera.
Me pregunto si pensaba en mí
el que inventó lo de
'La Banda, cuna de poetas'.

Puedo seguir el divague
pero
se queja la pendeja.
Estará acabando.
Son las cinco de la tarde.
Las cinco en punto de la tarde.
Voy a seguir chupando
y que nadie prenda la luz,
a esta hora pasaba la chipaquera.

miércoles, 7 de julio de 2010

José Carpio (1954-2010): revolucionario socialista y amigo

(una versión reducida se publica en Prensa Obrera 1136)

Ni la muerte se salvó de José. La peleó hasta la última, como una cuestión de principios.

Comenzó su vida adulta como mecánico de aviones en la Fuerza Aérea, pero se fue harto de las arbitrariedades. Golpeó a un oficial que lo sometía a castigos sin motivo y pidió la baja. Tiempo atrás había comenzado a leer libros del Che Guevara, que ocultaba en la guarnición donde prestaba servicio. Pasó a trabajar en la construcción y la década menemista lo dejó en la calle. Entonces hizo lo que mejor sabía hacer: luchar.

Carpio fue el principal dirigente del movimiento piquetero cordobés en el período clave de la Coordinadora de Desocupados y el Sutrade (Sindicato Único de Trabajadores Desocupados). En ese momento se sumó al Partido Obrero y estuvo a la cabeza de grandes conflictos y, particularmente, del sector del movimiento de desocupados que combatió la cooptación estatal.
Pero sería injusto y limitado recordarlo sólo como ‘luchador', porque José fue además un socialista cabal. Cada situación de su vida diaria era para él un episodio de la lucha de clases, y trataba siempre de explicar los problemas como manifestación de la descomposición capitalista, concluyendo en la necesidad del socialismo. Esto lo aplicó hasta para explicar su enfermedad: la única duda que tenía era si el capitalismo le había generado cáncer a partir de las fumigaciones sojeras en su barrio, del tabaquismo, o de la combinación de ambas.

Un jugador de Boca supo contar que, cuando le tocó compartir equipo con Maradona, hacia el final de la carrera de éste, la forma en que controlaba la pelota y cómo vivía los entrenamientos, dejaban ver lo grande que había sido el Diego en su momento de esplendor. A mí me pasó con Carpio: lo conocí cuando ya había sufrido una traqueotomía y tenía muy reducida la capacidad pulmonar. Impedido de hablar y con dificultades para movilizarse, fue uno de los impulsores del movimiento contra el abuso policial en Alta Gracia y se cargó encima la campaña electoral 2009, bancando pegatinas y pintadas que hasta el día de hoy cubren las principales paredes de la ciudad.

Era un apasionado, por el socialismo y por la vida. Amaba a las mujeres y a los amigos. Cuando comenzó a ingresar seguido al hospital bromeábamos: lo visitaba tanta gente que parecía una estrella de rock. No era casualidad, la amistad de Carpio nunca mostraba fisuras.
Nombramos la revolución, el Partido Obrero, el amor, la amistad, Boca Juniors y el rock porque ésas eran sus pasiones. Faltan sólo quizá su familia, la buena comida y el vino.

Justamente, en los asados, José solía mostrar orgulloso su nombre en la página 45 del libro “Una historia del movimiento piquetero” (Luis Oviedo). Y está bien. Carpio ya no está, pero ha dejado su huella en la conciencia de la clase obrera argentina. No es algo menor, en especial para alguien con un optimismo indestructible y una confianza a prueba de balas en el futuro socialista de la humanidad. En cada piquete de huelga, en los cortes de calle y las puebladas, en todas las luchas inspiradas en el método del movimiento piquetero, ahí va a estar José. Y, como le prometimos varios compañeros, también va a estar cuando el proletariado irrumpa en la Rosada. Hasta la victoria, culiao.

martes, 11 de mayo de 2010

Sunny day

One day
women
as translations
started arriving
and the problem now was
what the fuck to do
with so many
at the same time.

domingo, 18 de abril de 2010

Domingo 18

"Trampa,
estoy haciendo trampa",
pensaba.
Ahí arrojado un cisne dormía.


Alguien se dio cuenta
el inspector
su madre
o el viento.
Pero ya no más.


El cepillo de dientes
fue peor que un coche bomba
cuando quedó ahí solo.


De nuevo el silencio
y los domingos serán temibles como un espejo.


Dónde te has ido
estupor
dónde.

sábado, 17 de abril de 2010

Abril

El colectivo ha girado en la esquina
conmigo adentro
o afuera
no sé bien
porque ya no soy
el que esperaba el bondi.

Ha comenzado abril;
el sol ahora pide permiso
para atravesar el aire.
Aunque es de noche y no hay sol.
Pero hablo de mañana
o de ayer
o de hoy-día.

Hablo del animal
esperando
que cada gota
sea la última
mientras algo
abre la carne
y la sangre escapa
como las noticias
de la marquesina
frente al Correo.
De pronto nadie lo envidia ni le teme:
cuando su piel adorne una oficina,
¿quién recordará sus vísceras?

Afuera
la noche recién llega
no hay gatos, esto no es Roma
y los perros tienen frío
los únicos animales que quedan
tienen ruedas
y luces
o son ciegos y vuelan.

Hasta la luna se guarda
para una mañana que será sublime.

Pero alguien tiene que pagar por ella.

“¡No será el intendente!”
gritan adentro del bondi
los ejes sin aceite.

Alguien va a pagar por la mañana.

Una mujer casi niña
llora a un casi hombre,
espera que ya no vuelva

Un viejo de 27 años
miente que no llora.

Una ventana amarilla tungsteno
muestra al peruano que entra
y sus ojos aliviados:
esta noche no precisa
esconder la vergüenza
(ya duerme la peruana)

Las travestis se marchitan.

La nena más puta
se despierta hueca
cada hora
sola
mira las sombras
se asusta
sola

Alguien paga
pero nunca alcanza
la mañana
más cara que una mujer rencorosa
se va a cobrar con
mitades frías en las sábanas
tangos como navajas con herrumbre
cáncer para los mejores amigos

Púdrase señor
que la vida es
de esas máquinas que no dan vuelto.
Alguien va a pagar
y como siempre
hoy
le toca a Ud.

Carta

Querido hermano Manuel
hoy el pan del desayuno
lo comí pensando en vos.
Hace días te llamé
y estabas tan lejos
no sólo en Tucumán
sino que hablabas de estoicos
Leibniz, mónadas
y Spinoza.
Te hiciste el perdido
y no mencionaste
a Wajda ni a la Ekberg
salvo que te habían robado la cámara
Pero esta mañana
me di cuenta
que los golpes nos mandan
cada vez más cerca
del mismo rincón.

Compartimos más
que las ojeras
una carga
como un yunque
atado al alma
esta mañana
me di cuenta
que la muerte
no es un cuadro;
es el montaje
de esta vida
duelo estéril.
Lo sabías
viejo choto
desde que tus padres
iraníes
te entregaron
en Tucumán.
Has vivido
tanto tiempo
con la puta
al lado
y los dos
sabemos
que no te has acostumbrado
que te espanta
como manchas blancas
por las noches
y que aúllas
a ver si se escapa
a ver si olvidas
a la
que te dejó
por un pigmeo
hecho de clichés
a ver si vuelve
aquel amigo
que subió a un colectivo
y no bajó más
aquellos días
cuando el Capital
no sabía de sutilezas.

No sé si te conté
pero estuve acompañado
en la Fontana
y en el túnel
de Ladrón de Bicicletas
Via Veneto
Piazza Vittorio
y la terminal
donde Pier Paolo
se embarcó
tras su última mamada.

Pero esa mujer
se ha ido
Y ahora mi sombra
es más profunda
que una daga.

La Pantera

No es por mí,
¿sabés?
Yo todavía tengo el verano
la lucha, la risa
y eso.

Pero adentro
ha quedado
el felino.
Lo conocés bien
lo has invocado en las siestas
te ha perseguido
te ha agotado
te ha desgarrado.

Como nadie
lo calmabas
extraviada en su pelaje
sus juegos
y eso
que sólo
ustedes dos
conocen.

Pero ahora
se ha quedado en la jaula
mordiendo los barrotes.

Ruge
cuando sueño
y te trae consigo
alucinada.

Compro el diario
o leo en la calle
una palabra insospechada
y se agita molesto
se arroja contra el alma.

"Ya", le digo
"olvidá"
y muy pocas veces hace caso
y me siento
de vidrio finito
y no entiendo
por qué él está ahí
desde siempre
y no entiendo
por qué vos ya no.

El campo

La avioneta
plateada
se ha creído
ebria.
Despacito
como un pez
chiquito
en la pecera larga.
Ella llueve glifosato.

Y
las nubes
hinchadas
con la belleza que da la fuerza
que guardan.
Ahí dentro
parece haber
tormentas
rayos
nostalgia a granel

refugiados.

Pero por ahora
no tienen planes
Y se quedan
negras negras
con contornos
desteñidos
por el sol.

Atrás las
montañas
y más aquí
hay que admitir
las plantitas de soja
no son feas
más bien tiernas
los bebitos
transgénicos
verdes.
Alguna vez
mi amor
también fue así.
Hasta que las
nubes decidieron
explotar.

Poema para Dulce

Como todo el mundo

también yo una vez
fui joven.
Y me casé.
Ella tenía 16 años
la cintura apretada
y pechos eclipse.
Pero su rostro
inasible
extraño como un perro oriental
parecía el amor
ese rostro
no podía estar del lado equivocado.
Y no estuvo.
Nos lamimos
tantas veces
nos gemimos
nos cantamos.
Hacíamos el amor
en Roma
y seducíamos
a los italianos.
Todos querían ser
la parejita argentina
encantadora.
Y cuando yo volvía
de servir café
y hacer mudanzas
ella estaba ahí.
Y también
cuando no había
mudanzas
y el dinero
para la pizza o la pasta
se hacia siempre menos.
Ella estaba.

Volvimos.

Y ella estuvo.
Me sonreía
me apretaba
me mordía.
Ella no sabía
cocinar
pero intentaba.
Y yo odiaba
lavar los platos
pero lo hacía.

El tiempo
es ahora
más rápido
que cuando
éramos niños.
Un día el monstruo
vomitó
su asco
su bronca
su envidia
sobre mí.
Ella había cumplido
22 años.
Y sus ojitos
de perro
tuvieron
la sinceridad que ella no.
Y ya su mano no
me dio escalofríos
su lengua no me buscó
cómplice
ni helada ni caliente

Apareció un cementerio
vivo
de nervios.

Que los amantes
que las pijas
las conchas
los culos
la mentira.

El miedo.

Yo supe
que era el
miedo.

Pero lo supe
muy tarde.
No le había
enseñado.
Y ella no
se atrevió.
Y me quedé
solo
de este lado
del mundo.

Todavía recuerdo
a diario
la sonrisa
los dientes
la piel.
Las películas
de Fellini
con el Gran Marcello.
Los helados
de un euro cincuenta
frente a la inverosímil
Fontana.
Su ano
recibiéndome
como a los
Reyes Magos.
Su olor
insoportable
al volver
del laboratorio.
Su cuerpo
sin ropas
cuando
la playa nudista.
Los piropos
en mal
italiano.
Las canciones
burdas.
Y también las buenas
como las de "Artaud" o Nina Simone.

Ahora el miedo
a la muerte
tiene nombre:
sé que van a ser
ésos
los últimos destellos
antes del crepúsculo.