sábado, 17 de abril de 2010

Abril

El colectivo ha girado en la esquina
conmigo adentro
o afuera
no sé bien
porque ya no soy
el que esperaba el bondi.

Ha comenzado abril;
el sol ahora pide permiso
para atravesar el aire.
Aunque es de noche y no hay sol.
Pero hablo de mañana
o de ayer
o de hoy-día.

Hablo del animal
esperando
que cada gota
sea la última
mientras algo
abre la carne
y la sangre escapa
como las noticias
de la marquesina
frente al Correo.
De pronto nadie lo envidia ni le teme:
cuando su piel adorne una oficina,
¿quién recordará sus vísceras?

Afuera
la noche recién llega
no hay gatos, esto no es Roma
y los perros tienen frío
los únicos animales que quedan
tienen ruedas
y luces
o son ciegos y vuelan.

Hasta la luna se guarda
para una mañana que será sublime.

Pero alguien tiene que pagar por ella.

“¡No será el intendente!”
gritan adentro del bondi
los ejes sin aceite.

Alguien va a pagar por la mañana.

Una mujer casi niña
llora a un casi hombre,
espera que ya no vuelva

Un viejo de 27 años
miente que no llora.

Una ventana amarilla tungsteno
muestra al peruano que entra
y sus ojos aliviados:
esta noche no precisa
esconder la vergüenza
(ya duerme la peruana)

Las travestis se marchitan.

La nena más puta
se despierta hueca
cada hora
sola
mira las sombras
se asusta
sola

Alguien paga
pero nunca alcanza
la mañana
más cara que una mujer rencorosa
se va a cobrar con
mitades frías en las sábanas
tangos como navajas con herrumbre
cáncer para los mejores amigos

Púdrase señor
que la vida es
de esas máquinas que no dan vuelto.
Alguien va a pagar
y como siempre
hoy
le toca a Ud.

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