"Trampa,
estoy haciendo trampa",
pensaba.
Ahí arrojado un cisne dormía.
Alguien se dio cuenta
el inspector
su madre
o el viento.
Pero ya no más.
El cepillo de dientes
fue peor que un coche bomba
cuando quedó ahí solo.
De nuevo el silencio
y los domingos serán temibles como un espejo.
Dónde te has ido
estupor
dónde.
domingo, 18 de abril de 2010
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